Este 18 de agosto toca recoger al fruto del alba la imagen que me deja el Vuelo de las Libélulas Rojas. Como todo lo que me acontece de forma natural, me dispongo a recibir juntando las manos como si fuera agua misma. Imposible no soñar con bosques mecidos por el viento y el aleteo de las libélulas que tocan es sí la misma sinfonía.
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