Esta mañana de nubes clara, es propicia para verter un poco de LUZ sobre aquello que desde muy niño se viene viviendo, no siempre allá en la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, Nava del Rey. En ocasiones se vive desde la proximidad lejana y puedes enviar un beso y una flor que los lleve por ti el viento. Así este año, si bien, me hubiera gustado acudir, no pudo ser. Es por ello, que la flor que hubiera prendido allá en su altarSanto de La Concepción, la Sola Rosa, no la he cortado. La miré ayer y así la sentí hoy.
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