Sirva esta estampita o fotografía de la misma oscuridad de la profunda tierra donde salió.
[Actualizada la entrada el 18 de agosto de 2020 por un lapsus-temporal. Lapsus del artista por el desapego de la obra en su latencia y ausencia durante años. Y es que, dada las dimensiendo de la criatura, nunca lo he podido tener conmigo en casa. No subía por las escaleras al ático de la Calle Santiago y desde la simpar andadura que tuvo en todos estos años, olvidé hasta el título que le puse cuando subí este post en 2014, casi nueve años después de crearla. Hoy al volver a verla me di cuenta que el H202, símbolo del óxido del agua (que en en cierto moto tiene sentido con la obra, no era en realiad el original. Pues en la parte posterior firmé y pinté el día que terminé la obra y esta no es otra que H2C02. A simple vista, está claro. H2 por Huracán y por Hombre y el C02, como responsable directo de ambos. El capítulo aparte, contaré esa pequeña historia de exilio que tuvo la obra hasta llegar hoy en volandas, gracias a los amigos M y A, que este último, tuvo a bien cogerla a las pasadas trece horas casi las dos de la tarde. El último lugar de descanso en la oscuridad de una nave la pasó en un estante silencioso, donde la única visita de luz de la obra eran unas avecillas que hicieron un nido en su bastidor. Gracias a P por haberla guardado allí todos estos años. Una deuda impagable de gratitud . Desde hoy está en nuestra casa de Simancas *}
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