"Hijo, qué buenas están. Estas sopas hacen revivir a un muerto.
Cómelas hijo, que comiendo se puede con todo".
El llamado destino o la Divina Providencia en nuestras vidas, quiso que
yo allá por el mes del florido mayo, cuando me encontré con una mujer
que me abló de esos encuentros bajo el Arco de Ladrillo en Valladolid, a los cuales acudían ellas con sus alumnos voluntarios, con bocadillos y caldos calientes para la gente más necesitada. Eso es ASALVO, la Asociación de Alumnos Voluntarios.
Así pues, este año, será la Primera Edición de mis Sopas de Ajo Solidarias.
Lo recaudado, será destinado a ASALVO.
Vente!!! y Gracias por la difusión.
1 comentario:
Gracias a todos los que, a pesar de las trombas de agua que cayeron ayer tarde sobre Simancas –sin duda, aguaBendita*…, se acercaron al bello Claustro de la Iglesia del Salvador a las 20 horas y mucho pico. Quiero desde esta pequeña ventana pedir disculpas a los que por motivos innenarrables, me fue del todo imposible tener a punto todo para las 8 de la tarde. A esa hora, entré, pasado 1 minuto, con los pies calados y un improvisado árbol de Navidad. El "arbolito", no era otra cosa que mi telescopio de un barco de ensoñación, que comprara allá por los inicios del nuevo siglo, tras meses de negociación con un simpático gitano, y muy buenaGente, –como la inmensa mayoría–... Que ya lo decía Camarón, que en GLoRIA esté: –que igual que los payos, habemos buenos y malos–. En esta tesitura, añadiré los malos, lo son mayorYmenorMente, por "ignorancia". Y una vez entrado el árbol de Navidad y enchufado en una esquina junto a la ornacina de HNMH, dejé el resto de bártulos para la difusión del vídeo de ASALVO y por supuesto unas humeantes Sopas de Ajo, que, gracias a unos queridos amigos, que me dejaron su casa para usar su fogón y su perol, pudiera yo hacer quasi 18 litros de rico y reconstutiyente caldo, mas bien cremoso. Parece que les gustó las sopas, cosa que, aunque era de esperar, es muy de agradecer. Tras las sopas, vino un vinoCaliente, que nos sobró de nuestra Cerillera. He de confesar, por falta de más operativos logisticos, no del todo caliente, pues entre subir y bajar, se le enfriaba a nuestro queridísimo pater D.R, párroco del Salvador de Simancas. Añadir, cuando nos quedamos solos, junto con un amigo común, fuimos a ojear con linternas a la torre donde vimos con nuestros propios ojos, las múltiples goteras de la cubierta de nuestra bella iglesia. Algo que si no se poner remedio pronto, podría acabar dañándola gravemente y con el derrumbe de las bóvedas, etc, etc. Al acabar yo mismo toqué una campanada *} El montante recaudado, si esceptúo los céntimos, que olvidé cuantos eran, fue de #76 euros#.
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