Hace unos días, en pleno confinamiento por el Covid-19, recibí una foto de la página de una cita que me enviaba mi amiga escultora y pintora, Salud Parada. Era una alusión de lo más reveladora y muy poética, dentro del su profundo dramatismo, como ocurre, con la esencia misma de la vida.
La cita es de Haruki Murakami, de su obra Kafka en la Orilla.
Tras unos días ese mensaje guardado, quise ponerlo como imagen de mi perfil y para ello, quise componerlo a modo de círculo toda la cita sobre un fondo que cobrara sentido mismo con el texto. Buscando entre mis fotos, descubrí una serie de atardeceres con el Sol ya oculto, dejando un velo incierto de cálidos colores y las pocas nubes que acompañaban ese horizonte, diseminadas, parecían llevar por sí mismas un mensaje de esperanza. Así corté esa imangen en la que predominan un almendro en el ocaso y un par de nubes, como semblanza de la buenaventura. Así sea.
Hoy, tras una larga conversación por vídeo-conferencia con mi hermano, precedida de una soleada mañana, lo hago público en este mi olvidado blog.
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