lunes, 26 de julio de 2010

Las lágrimas del toro nº 39


El 11 de septiembre de 2006 escribí estas líneas, que ahora acompañarán la imagen de la obra que publiqué aquí de aquel momento. El Toro nº 39, que titulé entonces ¡eh Toro! Ahora 1 año después, la vuelvo a publicar junto a estas líneas.

La Nava. Los bravitos 2006
Después de dos años sin estar en el pueblo en fiestas, este he estado nada menos que cuatro días. A excepción de la víspera, el día 6 y el domingo por la tarde y noche.
Los toros o novillos, presentes en todo momento. También las verbenas y los bares.


LAS LAGRIMAS DEL TORO Nº 39.

Esto se queda en la retina para siempre. Los mozos, lo más sensibles y respetuosos con el animal, los cortadores, allí estaban contemplando y velando los últimos instantes de una vida que se iba yendo poco a poco. ¿Qué sentiría el toro en ese momento si pudiera ver esa escena? Sin duda, aún podría escuchar los comentarios, sentir las caricias. Los mozos lloraban por dentro por la muerte de ese bravo toro, bonito. Él lo hizo después de su muerte. Una muerte tan dolorosa en un final extenuante, sin un soplo de fuerza, un animal que es todo fuerza, no se rinde hasta que sucumbe y cae. "No es una derrota, es un triunfo, no me doblego ni aún arrastras me podréis llevar donde vosotros digais". Lo cierto es que ese toro, lloró y lloró despues de muerto. Quizá esas lágrimas salieron de lo más profundo de su alma. Lloraba por quien le estaban viendo, ahí sin vida.

Valladolid, 11 de septiembre de 2006

viernes, 23 de julio de 2010

Las eras de mi pueblo

Obra: La era (de mi pueblo). Óleo sobre lienzo que pudo verse en mi exposiciónÓNarte 'Momentos paisajes.18 años'. Miguel Segura (Nava del Rey, 1963)

Donde eran eras, abiertas a la mirada del campo, a lo sumo unas bajas tapias que adornaban los caminos junto con los pozos, pequeñas casetas de labranza, paneras, hoy se levantan alambradas, tapias de ladrillo y cemento, se construyen naves como hangares. Cercas que guardan perros que intimidan al paseante. Donde se escribió la historia del campo, tras la siega, lugar de recreo, paseo y meriendas, espacios abiertos donde las horas se hacían historia y parte del juego de los niños. Descanso y tertulias a la sombra de algún trillo o los montones de alpacas, en los que nuestros mayores conversaban viendo el horizonte a la luz del final de la tarde. Desde el camino que linda con las tapias de La Quesería, se llegaba a la primera era. Era como una isla verde entre caminos y siembra, en alguna orilla reposaba siempre algún arado, que resistía el paso del tiempo. Siguiendo las tapias de adobe hacia el poniente, atravesaba otro camino que conducía al paso a nivel y los lavajos. Desde aquí, dos ramales principales, conducían al campo atravesando las eras. La imagen que desde allí se podía ver, sin más era de una sobria belleza natural. Todo tenía equilibrio en ese espacio, sin duda una riqueza paisajística y cultural que me temo no han querido ver y cuidar. Así son las eras de 'Nava del Rey, lo más grande de Castilla...'. Que tiene muchas cosas de las que sentirse orgulloso, pero esta sin duda alguna, parece que estos nuevos tiempos le están pasando factura.
Foto: Desde el campo, La Nava (Nava del Rey). Al fondo el pueblo en el que predomina la torre. En primer término, campo de cereal recién cosechado desde la linde del cementerio. En segundo témino, las diferentes edificaciones construidas en la era.

miércoles, 21 de julio de 2010

Café Minotauro (enRecuerdo)

NO A LA CULTURA, NO AL ENCUENTRO, NO AL RECUERDO.
No a la cultura, no al encuentro. No, por que sí, no al recuerdo. Nada de partidas de ajedrez, Ni tampoco, nadie que pueda leer en silencio. Acabemos con la música, que despierta los sentidos. La de siempre, también lo siento. No quiero ver a nadie escribir. ¿Están cuerdos? ¡Ni tan siquiera tiene TV! Tampoco calefacción. El calor de la gente, poca gente, conversando, pensando; vaya usted a saber... nada bueno. Infusiones. A quién le gustan las infusiones Naturales. ¿ Había dicho que son naturales? ¿A quién se le ocurre? Para colmo, cambian todos los meses las paredes. Pinturas, dibujos, fotografías. Todo eso cuelgan, y no se cansan. Pero a quién le interesa el arte. ¿He dicho arte? Dudas tengo que lo sea. Eso se ve por TV, en museos, en salas de exposiciones, en galerías "de arte". Pero esto no. ¿Se imagina, sentado en una mesa, o en la barra y ahí todo eso colgado? Absurdo. Pero no se preocupen, como ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia, el recuerdo no para de enseñarnos cosas. Las modas nos enseñan cosas, la TV nos enseña cosas, este Café, que mantiene la esencia del café que, en otras ciudades, otros países, se conservan como reliquias, no debe enseñarnos nada. Más bien nos molesta. ¡No es para menos! Pero no se preocupen más. Quien atiende les comprenderá. Solo faltaba.

(Extraído de unas hojas de notas de Cafés Gometero, escritas por mi días antes de que el Café Minotauro de Valladolid, cerrara definitivamente sus puertas.)

En el Café Minotauro de la Calle Santuario de Valladolid, tuve la suerte y el honor de colgar mis pinturas en sus paredes en tres ocasiones. Once, Flores i Fiori y Viaje, cuaderno de acuarelas.

Sirvan estas líneas como recuerdo y mi pequeño homenaje al entrañable Café Minotauro que tan bien guiaba tras la barra un maestro: Marcos.

jueves, 15 de julio de 2010

El vencejo y la luna

En el comienzo de la caída de la luz del día, cuando se torna el poniente como un velo acuoso y languidece de azul, danzan juntas la música de formas. Alas vivas negras y el ala blanca de luz tenue menguante. Ayer las vi juntas al menos un instante.

sábado, 3 de julio de 2010

Pintando entre árboles y libros


Publico aquí la fotografía tomada instantes después de pintar la obra en la Plazuela del Libro del Campo Grande y que pudo verse por vez primera en mi última exposición enVerde en el Centro Cívico Zona Este. Si bien por circunstancias del montaje, aparecía en posición vertical para separar unas obras de otras. Esta tela forma parte de una serie de trabajos realizados por las 2 caras. Que anticipo el nombre del montaje que reunirá sólo este tipo de obras: 'bi' x Miguel Segura.

bi-.

(Del lat. bi-, por bis).

1. elem. compos. Significa 'dos' o 'dos veces'.Bicorne. Bienal. Bicolor. Bilateral. A veces toma las formas bis- obiz-.


R.A.E.

jueves, 1 de julio de 2010

Casa Vencejo (Casa Arrecájel) aXc

Coincidiendo con el cierre de mi exposicón enVerde, publico el montaje audiovisual que lleva el nombre de mi última obra: Casa Vencejo. Si quieres verle puedes acceder a mi canal de vídeo en You Tube arteXconcepto (greenywater) o bien hacer click en título de esta entrada o sobre la imagen.
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Recordando esos días de mi infancia, en los que los arrecájeles (vencejos) volaban en los mismos sitios donde jugábamos nosotros. El frontón de la Plaza de Toros de Nava del Rey fue uno de ellos. En esa pared de ladrillo anidaban. Un día descubrí uno en el suelo, de donde no podría levantar el vuelo. Lo cogí en mis manos y tras contemplarle unos instantes, lo lancé al aire. Veloz voló.
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Casa VENCEJO. (el origen)

Construcción de una casa para que aniden los vencejos (arrecájeles).

Con la idea en la cabeza desde hace algún tiempo, en pleno estudio para Los Vencejos (2007) obra que formó parte de mi exposición Las Olas, quise hacer una de estas casas para vencejos. El tiempo propicio y algún que otro empujón vecinal en la misma sinergia, me pusieron manos a la obra. Como una cosa lleva a la otra, en plena preparación, de utilizando materiales únicamente naturales, quise devolverles mi agradecimiento a estas bellas aves, revistiendo en relieve y colores su nido. Utilicé para ello mi técnica: fresco en relieve. Así resultó la Casa Vencejo. Arte, naturalmente.

Miguel Segura


Con el esperanza de que puedan anidar pronto, sirva este montaje como movimiento precursor que divulgue la fabricación y montaje de casas nido para vencejos y otras especies de aves. Si bien hay varios modelos en el mercado, se pueden realizar facilmente reutilizando deferentes objetos. Las cajas de madera para vino, como la que muestro aquí, son especialmente idóneas. Así cuantas más casas haya, más fácil será que aniden los vencejos en su estancia migratoria, paliando así los agujeros naturales que existían en edificios monumentales de esta ciudad, que al restaurarles, decidieron inconscientemente, taparles.