jueves, 21 de febrero de 2008

El Invierno que va

Mientras unos recogen la ropa al sol, otros toman café al sol dispuesto de las terrazas. En lo que va de Febrero, mes claramente invernal, se suceden los días claros, y las noches con estrellas, no son ya sinónimo de heladas. Tenemos lo que se dice un suave Invierno. El Invierno que viene impredecible, (y acabo de sufrir un lapsus, olvidando lo que iba a decir...) Esto es lo que conlleva, intentar escribir asomando la nariz por la ventana, como vulgarmente se dice, y que rectifico de lleno al proclamarme defensor a ultranza de la no vulgaridad, tan extendida por toda la inmensidad de "ésta nuestra Tierra". Así pues, rectifico (sin la sabiduría que me gustaría), tan sólo digo: –intentar escribir cuando, abierta se halla la ventana que frente a ti, provoca la atención de lo cotidianamente diario, por diferente en cada momento, se siente distinto al contemplarlo de nuevo. Otra luz, otra intensidad de azul cielo, más porcentualmente crecidos los bulbos sembrados en Enero, mayor la actividad en el vuelo de las "sufridas vecinas"palomas, que el sol más allá de San Valentín, batallan ritual, por habitual su consabido celo. En definitiva, cada día es distinto, aunque el punto de vista parezca el mismo, no implica que lo sea– . La reflexión es obvia, verdaderamente esto no ha hecho otra cosa que empezar. Me refiero al sobre calentamiento. Se me antoja, que en la cíclica disparidad de lo que acontece y ha de acontecer, es muy posible, que ahora, tengamos este Invierno, pero no será éste, siempre así. Al menos parece lógico no pensarlo. Hablando de Invierno, y pensando en lo que no he dicho, se me antoja volver al taller y sacar los colores, esta vez, al sol del atardecer.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Camarón, cante-arte.

Escuchando a Camarón, al golpe de martinete. He de reconocerme tardío admirador del flamenco. Flamenco de Camarón (y de otros y otras), que no todo, como lo lírico, te llega al alma. Pero este señor –QUE EN PAZ ESTÉ–, tiene un cante que transmite hasta lo más hondo. Muchas veces, para pintar, escucho a Camarón, me envuelve en el humo del taller, que el inexistente cigarrillo, lo forman las notas y esos arranques de líquida voz mágica, voz-arte. Cante-Arte. Algunas de mis pinturas, llevan impregnadas notas de su música, que al secar, atrapadas en la tela, se unen al color de vida. Mi infancia, siempre en el recuerdo de mi abuela Carmen, andaluza, de Agua Amarga, de Almería. El color de Andalucía me lo transmitió ella. El flamenco en voz de su hijo Manuel, quien quemaba su vida, entre hornos, humo y vino, soplando vidrio, el aliento no le faltaba al agotado corazón, para arrancarse con puro cante. Cante callado y guardado tiempo, con la espoleta del vaso de vino, inundaba el aire con su potente voz. Su madre, le miraba y agarrada a su brazo escuchando, le decía con voz baja –"hijo"–. Nací aquí, en Castilla, en el pueblo que lo hicieran, mi padre, su familia, mis hermanos. Con 9 años, vine a la capital en un camión de mudanzas, para volver los veranos. Pero cuando me viene el recuerdo, como cuando escucho a Camarón, vuelvo al Cabo de Gata, al mar de adentro, la vida recobra sentido. Las chumberas, los higos chumbos. La tierra adentro, esculpe en la vida de sus gentes, mientras adentro, el mar, baña de lágrimas y alegría. La arena escapa de sus manos, y retiene el tiempo y lo echa al mandil negro del recuerdo. –"De muchacha, salía con mi padre en barca a pescar. Con él iba a menudo a Melilla"–. Con razón, ella es la patrona de los pescadores. ¿Cómo no tener presente el Segura? Escucho a Camarón y el recuerdo me lleva en esta ocasión no, a pintar pintura, sino más bien, pintar sentimientos con letras de colores.

Robert Walser. LA CENIZA


La vista me ha guiado hasta la "W" de Robert, y con gran satisfacción leo esta "La ceniza", como he leído gran parte de la obra de R.W., al que considero uno de mis preferidos al igual que Kafka, incluyendo el mencionado de W.G. Sebald. Cuando leí el pasaje sobre "La ceniza", recuerdo, como muchas veces en la literatura de Walser, escapárseme involuntaria, una incontenible ocluida risa, llena de admiración por lo leído. En este sentido, como pintor, quiero dejar parte de una frase de R.W. que suscribo en mi página web "en eso precisamente consiste el arte, en convertir la necesidad en ventaja". –La ceniza, inerte, vacía, en ocasiones forma parte, y cobra vida en la obra, dando sentido y lo que fue materia viva, hoy puede verse, alegre la luz que el color aviva.– Miguel Segura. www.latelier.es

sábado, 9 de febrero de 2008

Oye el silencio

Como cada día que lees algo, inmediatamente después piensas en alguna cosa, piensas mientras lees, u observas algo; la mente libre, juega por su cuenta y se lo proponga o no, el caso es que acabas dándote cuenta que ahora, y en este preciso momento, estás en un lugar al que nadie puede asomarse, ni tan siquiera puede ver, ni imaginar. Por que ese lugar, te pertenece y en la realidad de lo tangible, no existe.

Silencio. Es grande, poder escuchar y sentir el silencio.

Se me ocurre, que en la disparidad del artista anónimo, que escapa, a cuantas miradas ausentes cabalgan entarjetadas o enpinzadas, de la no menos encorsetada feria del ARte más COntemporáneo, o moderno donde los haya, y, se me antoja como digo, la disparidad de asumir ese anonimato desde la más absoluta sinceridad, y quiero proclamar a nadie, que éste o sea, yo mismo, digo: –que el silencio de mis obras, canta palabras al cielo extenso de lo mínimo, que en esencia es precisamente eso, esencia del silencio. Silencio del artista, que pinta palabras de colores que vuelan, en la soledad callada de la tela fría–.

jueves, 7 de febrero de 2008

He-me  (M) aquí, por primera vez, en esta mañana de sol y luz febrerina. Ahora, tras el café de media mañana, me dispondré a entrar de nuevo en el taller. Ahora toca pintar.