sábado, 18 de diciembre de 2010

Tú artista, ¿de qué vives? (chiste de autor)

Se encuentran dos amigos en plena calle y llenos de alegría se dan un abrazo. Se apartan para mirarse aún con los brazos extendidos y uno de ellos dice al otro,
–Amigo mío, cuanto tiempo sin verte. Qué alegría me das. ¿Cómo estás, cómo te va todo? … Ah, es verdad, tú como artista, ¿de qué vives?
El otro mirándole fijamente y con sincero semblante, le responde,
–querido amigo... vivo de milagro.

© XVI.XII.MMX . Miguel Segura . L'atelier aXc. El AUTOR permite y/o sugiere el envío masivo a quien le plazca y/o le haga gracia, bien sea mediante correo electrónico, sms (Short Messaging Service), o cualquier otro tipo de medio de reproducción y/o comunicación.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Luces de Navidad (Cuento de Navidad)

ran pasadas ya las seis de la tarde, cuando sobre aquel cielo gris azulado, volaban con rítmicos altibajos una bandada de jilgueros. En ese preciso momento, la figura de una joven se dirigía por un pequeño camino a la ciudad, se detuvo un instante para contemplar como silenciosas, aquellas aves pasaban ante sus ojos y se apresuraban ante la inminente caída del sol. Las ramas de los árboles, desnudos, se balanceaban por el viento en incesante vaivén. Hacía tanto frío que nada más parecía presenciar esa escena. El campo, vacío, yerto adormecía a merced del invierno, como si quiera mostrar su ausencia. La joven mujer o muchacha, ataviada de azules, protegía sus manos del frío abrazándose ante su pecho. El viento arrancaba de su figura, pequeños pliegues que se ondulaban si cesar, como si quieran escapar también ellos, arrastrados por el viento. La luz se iba con el viento al que acompañaban, pequeñas hojas y finos tallos de anises e hinojos.
La chica apresuraba su paso, pues sabía que la noche estaba cerca y el frío era cada vez más y más intenso. Debía llegar cuanto antes a la ciudad. Allí las luces que empezaba a ver tintinear a lo lejos, le protegerían. Cada vez que pensaba en ello le reconfortaba.


(seguiré más tarde)

viernes, 10 de diciembre de 2010

Paseo con la Luna

Camino despacio, tomando a sorbos el día. Camino sobre el blanco suelo que adormece las horas. ¡Que bien se ve a través de las ventanas! Miro a lo lejos y continuo en mi pensamiento. La Luna en silencio me acompaña, su luz es la que habla. Son luces como los hilos del alba, las que marchitan las flores envueltas de cristal. Si paras un instante, ellas callan. ¡Vamos Luna, vamos Alba!