
Hablar. Paseando por las calles bellas, de balcones llenos de flores. El agua susurra con su canto cuanto guardan las fuentes. Hablar. Escuchando el silencio de las piedras que muestran el camino. El blanco manto encalado por fuera, hasta el interior de los patios perfumados. Hablar. Es el azahar de los verdes y los jazmines, musicalidad del aire poético. Hablar. Escuchar desde los balcones en la luz del poeta, con la quietud de la noche tranquila que suena como el agua. Hablar. La voz es cantar del poeta, hablar de Miguel Hernández, desde sus balcones florecidos. Hablar. Balcones poéticos. Hablar. Balcones de Córdoba.