martes, 15 de febrero de 2011

Vuelan palabras


¿Pero cómo es posible que ya sea mediado febrero? Tengo la impresión de que aquellos días en los que el blanco y luminoso cuento no prosigue, más bien se detiene y guarda, guarda a otro tiempo más propicio al que esperar la sala, sala en que los papeles revolotean libres por el viento, las páginas pasan unas a otras, al ritmo del viento transportan palabras como alas, alas impregnadas de luz, luz de luciérnagas, que hacen brillar la noche que acompaña. Nieve blanca, blanca agua, cristal helado, palabras entre cal arena y agua. Vuelan palabras, y al posarse todas juntas ya ordenadas, gritan al mar y al viento de nuestras almas.

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