
De todas las artes, la Música es capaz de adueñarse de tu alma en tan sólo unas pocas estrofas. Pero en lugar de quedársela y dejarte desvalido para el resto de tus días, se manifiesta libre y como tal, se las ingenia de la forma más sencilla y natural posible, casi imperceptible, y no menos inexplicable, de hacerle trascender hasta incluso poder comprender la felicidad. No es difícil imaginar en un entorno natural la Música; sencillamente está presente. Así podríamos decir, sin ningún género de dudas, que la Música es un
don a través del cual, lo natural trasciende a espiritual. De todas las formas posibles de Música, quizá sea la
voz, la que nos ilustre este camino hasta altísimas cotas, en las que nos llegan sensaciones nunca antes vividas. La
voz lírica es un claro ejemplo. La
voz de esos ángeles es capaz de inundar de belleza todo tu
ser, estando a su merced en un espacio atemporal, capaz de conducirte por un pasaje tan
perfumado que te hace llorar. Es el sentir de las notas que derraman alegría o tristeza,
bellas flores poéticas, que te llegan y llenan colmando tu espíritu. Ayer fue un día de esos y la Música fue capaz... El
Teatro Zorrilla de Valladolid lo hizo posible; en la continua demostración de lo que es capaz de hacer ante lo aparentemente difícil, hacerlo factible, ofreció
La Traviata de
Guiseppe Verdi a cargo de la
Ópera Nacional Donetsk (Ucrania), Orquesta y Coros, conducidos magistralmente por
Vasyl Vasylenko. O el pasado 31 de marzo ofreciendo
Aida. Ambas producciones exclusivas de
Concerlírica Internacional. Veramente un piacere. E'molto bello. Bravo!!