Con el aire frío de finales de este noviembre, un mes y tres días después de que iniciara la ¬intervención- sobre la Librería Relieve, he de acotar con agrado que de los primeros bocetos al carboncillo y las graduales escalas de los provisionales rótulos identificativos del mismo negro vegetal, he empezado a trabajar con los colores. Azules del basto cielo. Un ave de vertiginosas alas sobrevuela hasta el infinito. He aquí el arrecájel.
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