
Es tan emotivo volver a la Ermita... Recordaba cómo la última vez que estuve allí, fue abril invierno, al ir a desmontar aquel PRIMER árbolArmónico, en el 2009. Estaba nevando sin parar y hubo que darse prisa, pues corríamos el riesgo de no poder bajar de la montaña ese domingo. La emoción de ver cumplido mi sueño de ver las obras entre la nieve, se dio sólo para los 3 que estábamos en la Ermita. Primavera en mayo donde la flor crece desde el crepúsculo. Primavera en la Ermita, con Pájaro, amigo, maestro. Mayo de sol de soleados ánimos. Verdear en ese claro, donde la Luna, se adelanta al Sol, más menguante imposible. Son las seis, y el clarear de las ventanas en la Sala Blanca (la que sirve de entrada) me levanta el ánimo y abro esa puerta que espera de la larga noche alumbrada; repleta de un manto de candelas, tintinear silencioso en pura armonía. De par en par la puerta, la belleza tal cual se muestra. Los peces aguardan y la Luna, no puedo por menos que, cómplice, regalarme su sonrisa. Agua, luces y más cánticos corales de los que pueblan este claro de bosque. El humeante aroma de café espera en la cocina; el hogar. La voz tranquila, esa amable sonrisa que nos protege y nos cuida; Araceli, que honor haces a tu nombre, gracias siempre. Gracias a todos (también a los niños), los que compartieron conmigo otro de esos momentos para cuidar indeleble en la retina del tiempo; guardar para siempre, tan cerca, que nos es posible comparar.
valle de las veletas (Parque de Esculturas) Acción en la Ermita Ntra. Sra. Lomos de Orios, Villoslada de Cameros, Parque Natural Sierra Cebollera, La Rioja. del 28 de mayo al 12 de junio de 2011.
Es mayo en el campo de Castilla. Es flor que nace allí donde el tiempo llega con la luz y el viento de agua. Agua clara, agua limpia que nace de las nubes negras. Donde nace esa flor, crece el canto de las aves que susurran a lo alto. Esa música está escrita con barro sobre papeles que vuelan libres por el ancho campo. Entonces, miro al horizonte despejado, me tumbo en la hierba, con la mirada entre el azul y lo verde sembrado. Sobre mí escucho los cantos suspendidos de las alondras, que vuelan entre algodones blancos. Cierro los ojos e imagino una bella Rosa de perfume. Pasó el tiempo y la Rosa perdía su frescura. Aún así era feliz, pues conocía bien su dicha. Entonces, como en un suspiro, llegó hasta la Rosa mecida por el viento una hoja de Papel blanco. La hoja se clavó entre sus espinas. Esa hoja arrugada y zurcida por el viento, cansada de tanto vagar vacía de palabras, descansó junto a la Rosa. Se sintió dichosa pues la Rosa le musitaba palabras extraídas de su más profundo sentir. Eran palabras perfumadas; poesía extraída de sus marchitos pétalos. El papel absorbía todo cuanto escuchaba y se impregnaba el blanco de versos perfumados. Así fue como vi aquella flor envuelta en la hoja de papel poesía y cómo la Rosa recobró su frescura.

